Nadie lo verá desembarcar en la unánime noche, nadie verá el navío de
plasma flotando sobre el fango sagrado, nadie sabrá que ese hombre taciturno
arribará desde una de las setenta y nueve lunas de júpiter, donde el aire
estará contaminado. Lo cierto será que el hombre gris besará el fango y se
arrastrará, mareado y hambriento, hasta el recinto circular de piedra que tuvo
alguna vez el color del fuego. “El futuro me pertenece”, repetirá frente al
monolito, y desfallecerá.
Siglos atrás otro hombre, menos gris, contó del sorprendente viaje a la
luna en un navío arrastrado por un fuerte huracán. Contó de la raza llamada
“arbóreos”, donde no existían mujeres, y para nacer cortaban el testículo
derecho de uno de ellos, lo sembraban y al poco tiempo brotaba un frondoso
árbol de carne, con ramas, hojas y bellotas de cuarenta y cinco centímetros, de
donde extraían a los hombres cuando estaban maduros.
Nikola despertará con los rayos solares del amanecer marciano. De a poco
se cargarán las fotoceldas del navío de plasma, se pondrá de pie y oteará el
paisaje derruido por la relatividad. El horizonte estará dominado por las
enormes torres que ionizaran el aire en todo el sistema planetario, ahora
abandonadas. El futuro será tan antiguo como el hombre que la reclama.
Luciano juró que no era delirio lo vivido, que su relato era verídico,
que mientras se elevaban hacia el espacio exterior el navío estuvo envuelto de
una red de rayos iguales a los de una tormenta, que él mismo tocó esa red de
luz y que sintió un calor agradable habitar el interior de su cuerpo, que desde
el espacio vio pequeñas islas iluminadas, franjas de tierra cercadas por el
azul del mar.
Nicola y Luciano caminan
uno al lado del otro sin saberse, sin imaginar que el tiempo de cada uno es distinto
pero el mismo, repetido en infinidad de realidades paralelas iguales a las
capas de una cebolla de dimensiones cósmicas, donde no habitan las mujeres en el
testimonio de Luciano, ni tampoco en el espacio de NIkola, que sí las verá, pero que no le
interesarán.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario